viernes, 3 de julio de 2009

Los capitalinos.

Somos muchos quienes habitamos esta ciudad. Somos muchos y muy diferentes al resto de los demás.
Quimeras de la capital.

Con el caos encajado en nuestros cuerpos,
trastornando nuestra humana naturaleza
para convertirnos en una nueva quimera
capaz de vivir sin ver estrellas en el cielo.

Habitamos el caldero donde se cuece
nuestro destino, cuyo voraz fuego quema
nuestros pulmones y nuestras negras conciencias.

Donde no respiramos más aquel aliento,
de la primavera sobre el campo verde,
donde inhalamos un desecho que crece
en medio del más camaleónico sueño,
donde el sol alumbra sin quemar la noche.

Somos la especie que duerme con la cordura
y renta por cincuenta pesos un cuarto de hotel
a una insípida locura que vaga por el orbe
buscando al fantasma perdido de la luna.

Somos la especie que vive en el fraternal odio
de saberse dueños de un desierto largo y negro
y tener que entregar un poco de el a aquellos
que no son sino otros monstruos como nosotros.

No somos mas una raza en bronce fundida,
ni herederos de Cuauhtemoc ni del Quijote,
somos otra cosa vagando por el horizonte
buscando entender un poco mejor al mundo,
gritándole a dios en su cara por el simple gusto,
hacemos música con tan sólo un balbuceo
y anhelamos viajar para pisar otros musgos.

Pero aun cuando del cielo nos venga el diluvio,
jamás dejaremos de querer un solo segundo,
a este caldero, a éste preso de los volcanes,
porque en su caos y su desorden tan salvaje
nos vemos a nosotros fielmente reflejados.

Somos una extraña aleación compuesta
por un corazón de cimientos de bronce
por el plomo que se funde en nuestras venas,
por los huesos de hierro que nos sostienen
a pesar de que hoy aprieta la tormenta,
por el fuego que vive en nuestras mentes,
por el frío de nuestro lago de problemas
y por el recuerdo del amor perdido
un día en que la tierra nos devoraba.

2 comentarios:

Atenas dijo...

Pues bien resaltare el hecho de que e sla tercera vez que lo leo y me gusta mucho, si si si, aunque por alguna extrala razon mi comentario anterior no aparece,, en fin sobre este poema me queda decir que me agrada bastante, y es genial descubrir tu manera de poesia, mas enfocada a tu vision social y nacional, es genial descubir como ya digo el rostro menos meloso y predecible de la poesia.

angie dijo...

estamos deacurdo que sea como sea amaremos a nuestro caldero x siempre!